El pasado perpetuo (o el tiempo esférico)


 "Lo que fue, será. Lo que ha de ser, ya ha sido.
Y todo ocurre como si la lluvia que cae del cielo
lo hiciese en respuesta a la plegaria del jardín sediento"

Zohar

El futuro es un relámpago que nace y muere casi al instante. El  trueno llega al mismo tiempo, pero se vuelve un eco del pasado que sucede al rayo y su voz grave y quejosa se extiende y se alarga más allá de la muerte del rayo. Es un eco que recuerda el pasado, aunque se vuelve presente y futuro en el mismo instante.

Alguna lejana similitud hay con la percepción del tiempo que solemos tener. Nuestro presente es el resultado del pasado y somos más pasado que presente y futuro (que inevitablemente se encoje) El futuro se alimenta de ambos, de presente y de pasado, hasta que muere siendo pasado. Un pasado que, por otra parte, inevitablemente siempre vuelve, como un eco de nosotros mismos, de nuestras vivencias, experiencias y circunstancias presentes y futuras.
Es que realmente el tiempo es tan sólo una ilusión donde pasado, presente y futuro son uno y nada más que uno. Estamos constantemente en el umbral entre uno y otro. Un umbral que podemos llamar presente, pero que no podemos definir, ni ver ni apreciar porque se esfuma antes siquiera de llegar a pensarlo...

En última instancia, creo que el tiempo es circular. O mejor que eso aún: el tiempo es esférico...
Como si camináramos en línea recta sobre la Tierra hasta completar una vuelta entera. Creeríamos ir en línea recta y siempre hacia adelante. Sin embargo haríamos un recorrido curvo girando siempre sobre el mismo centro y terminaríamos llegando al punto de partida...

Una esfera en la que el pasado no tiene fin y el futuro sí y el presente se puede ubicar en cualquier punto de la esfera porque dentro de la ilusión que es el tiempo, el presente es directamente una quimera...