Demoliendo relojes...



Es tiempo de acabar con el tiempo. De destrozar relojes, de desmenuzar almanaques…

Es tiempo de vivir mis tiempos. No importan las agujas girando sin sentido y volviendo al mismo punto una vez y mil veces. No interesa que mi piel se vuelva un reloj que marca sus horas arándola de a poco y silenciosamente. Tampoco importa que mis pies se vayan transformando en un reloj cada día imperceptiblemente más lento…

Nada de eso tiene valor ni sentido. Sólo sé que es tiempo de destruir el tiempo, esa mentira que me gobierna. Porque mis tiempos no se miden en horas ni en años. Ni siquiera en vidas. Mi tiempo interno es eterno y es mío, sólo mío y no tiene otro sentido que la vida misma, sin medida alguna. Sin precio en monedas o minutos…